Vana memoria que no puede traerte desde lejos,
que no te vuelve carne, risa gentil o canto.
Vana memoria mía capaz de abrazar lo mismo,
incapaz de acariciar tu piel distante,
vana y obsesiva memoria que solamente
alcanza a repetirme por quien vivo,
que respiro por este amor invulnerable y sin rutinas.
También ausente eres mi presencia más cálida,
mi más pura nostalgia.
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